El curso de maestría comenzó con una afirmación que no olvidaré jamás:"El mayor enemigo de un maestro es el ego", y a continuación una recomendación curiosa pero cargada de simbolismo: "Cuando recibáis el título teneis que "romperlo" en mil pedazos, dando cada pedacito a cada persona que tratemos. Por eso voy a empezar a partir mi título aquí.

   Voy a compartir con vosotos/as la reflexión que hice antes de iniciar el curso de Maestría.

   Es curioso pero siento un cosquilleo en el estómago. Soy maestra de profesión y por eso creo que tengo estas sensaciones de ilusión, nerviosismo y un  poco de miedo. Sé la responsabilidad que supone ser maestra y ahora ser Maestra de Reiki siento que me supone una responsabilidad añadida.

   La llegada del Reiki a mi vida es una de las cosas más maravillosas que me han pasado. Es como si de repente me hubiese encontrado con algo  que yo quería encontrar aún sin saberlo.

   Me da paz, serenidad, confianza, optimismo y todo eso llega en un momento en el que yo estaba en el extremo opuesto. Me ha cambiado la forma de ver las cosas y lo  mejor es que yo no me imaginaba que era capaz de ver las cosas en otra clave.

   Siento la necesedad de contar a los demás lo que me ha pasado y de ayudar a la gente con la energia del Reiki.

   Sé lo que es pasarlo mal, estar angustiada, tenet tantos dolores que sólo quieres acostarte, cerrar los ojos y que pase todo. Por eso quiero que los demás descubran la paz sanadora del Reiki.

   Namaste.